El cultivo hidropónico consiste en sembrar semillas o plantas sin la necesidad de un suelo que las sostenga y que se produce porque somos nosotros los que tenemos el control de la nutrición de las plantas. Es una práctica milenaria herencia de nuestros antepasados Aztecas quienes realizaban este tipo de plantaciones en los lagos existentes en la zona centro de nuestro país, como por ejemplo, en Xochimilco.
Además de agua, un cultivo hidropónico se compone de varios elementos más, como son los sustratos, así como las soluciones nutritivas que contienen elementos que combinan nutrientes avanzados para que se pueda lograr la hidroponía.
En la actualidad, esta técnica milenaria de sembrar, la podemos tener en casa, ya sea que la llevemos a cabo nosotros mismos, o bien, contratemos a un profesional en la materia.
Ventajas de la Hidroponía
Una de las principales ventajas que tiene la hidroponía es el hecho de que podemos sembrar muchas plantas en un espacio reducido porque las podemos poner una encima de la otra. Esto nos ahorra un gran espacio en los lugares que tenemos destinados para sembrar.
Además, nos ayuda a ahorrar mucha más agua que en las plantaciones en tierra, estamos hablando de casi un 90%, ya que ésta se recicla en el proceso.
También, usando este sistema, reducimos al mínimo el desarrollo de bacterias, o bien, virus en nuestras plantas, ya que éstos se incuban con más facilidad en la tierra.
Otra de las ventajas de este procedimiento es que, en gran parte de los casos, el tiempo en el que se desarrolla la planta es mucho menor con relación a las que se cultivan en el suelo. Asimismo, este método puede realizarse en cualquier tipo de clima.
Aunque una de las principales desventajas que tiene la hidroponía es que requiere de mucho tiempo por parte del agricultor, ya que el crecimiento de las plantas no se da de manera autónoma, como es el caso de las plantaciones en tierra.